Santiago González y Pascual
(1814 - 1890)

Indice

La vida y obra de Salvador Gisbert Jimeno (Blesa, - Teruel ), a quien dedicamos un artículo, estuvo muy condicionada por la de otro pintor y escultor turolense que permanece en un discreto segundo plano: Santiago González Pascual.

Su vida

Los siguientes datos básicos de su vida los dio a conocer la profesora Concha Lomba durante su estudio de la vida y obra de Salvador Gisbert, y fueron los que motivaron el conocimiento primero, y la raíz de esta investigación posterior, que afrontamos en nuestros archivos y la bibliografía. Nuestro protagonista nació en el pueblo de Loscos (Teruel), el 25 de febrero de 1814, y poco se sabe de su familia o infancia, salvo que pronto vino a Blesa, donde su abuelo materno, don Félix Pascual, era médico(1).

Podemos tener datos de sus ascendientes más directos por una fuente indirecta, aunque sin corroboración con documentación oficial. En un epílogo de un relato escrito por S.Gisbert, que puede estar basado en un hecho de la infancia de Santiago González(2), indicaba que la madre de este se llamó Cristina, y que murió siendo el protagonista y relator muy niño, entre 1814 y 1822, supliéndola en su papel la madre de ésta y abuela. Si los hechos son veraces, también la abuela del niño(esposa de Félix Pascual), murió a resultas de una incursión de un batallón Constitucional en la localidad de Blesa en 1823.

La conocida en Blesa como "casa del pintor" es la que se construyó en 1848 Santiago González, y no su ahijado Salvador, que al cabo de los años construyó su propia casa, muy próxima, en la calle Mayor, en cuya fachada vemos su anagrama y que posteriormente fue "la tienda de Nati".

Recorriendo la casa y el estudio que acondicionó en la primera planta, podemos hacer un breve recorrido por la vida de Santiago González, descrito por él mismo, ya que pintó ocho escenas significativas de su vida y colocó una leyenda bajo ellas.  Estos son sus textos (sólo del sexto se conserva la pintura alusiva):

«Nace y es bautizado Santiago González y Pascual en Loscos el »

«Pasa la niñez en Blesa y estudia las primeras letras en casa de su abuelo el médico D. Félix Pascual»

«Sirve en Zaragoza en una tienda de comestibles, año 1827»

«Es obligado a vestir el hábito de Agustino Descalzo y después profesar en Alagón el 14 de septiembre de 1831, por lo que jamás consintió en ordenarse de presbítero»

«Habiendo cursado filosofía a ruego de los directores de la academia de Barcelona y anuencia de los superiores de la orden, sigue el dibujo de varias clases y el grabado.  Año 1834»

«Expulsado del claustro por la revolución en Barcelona el día .  Se dedica a la pintura.»

«Se fabrica esta casa el año 1848 y se dedica a la escultura, arquitectura y toda la mecánica»

«Se halla con toda su familia reunida felizmente en casa el 18 de noviembre de 1879»


Retrato de Santiago González,
pintado por Salvador Gisbert ().

La Visita Pastoral de 1849 (conservada en el ADZ) mencionaba a Santiago González entre los eclesiásticos residentes en la parroquia (aunque no perteneciese al capítulo eclesiástico)(3):

"También hay en este Pueblo un exclaustrado de la Orden descalza de San Agustín, ordenado de quatro menores llamado Fr. Santiago González, dedicado a la pintura para ganar su subsistencia".

D. González estaba relativamente bien situado económicamente, o al menos así lo parece por sus propiedades urbanas, no por las rústicas. En 1858, con sólo una propiedad de regadío y otra de secano, tenía tres buenas casas en Blesa, siendo en esta categoría de los propietarios más destacados. Si lo comparamos con otras propietarios blesinos típicos por su riqueza agropecuaria, como por ejemplo Manuel Bello, que poseía 33 fincas agrícolas, 1 casa y 3 pajares o parideras, además de 310 ovejas, este tributaba casi seis veces más que aquel, pero la casa del agricultor tributaba por 100 reales de vellón, mientras que las de Santiago González tributaban por 200, 190 y 150 reales(4).

En la época que tratamos, algunos blesinos no tenían otro oficio que criados y jornaleros, y si hacemos caso a los testimonios orales que aún hoy cuentan algunos blesinos, uno de ellos era peatón de Santiago González. Carecemos de datos para confirmar lo que nos cuentan respecto a que acompañaba al coche (de caballos se entiende) que poseería González a la sazón.

Se conservan retratos suyos de 1881, cuando ya tendría unos 67 años. Aunque no figura en el amplio censo electoral de 1890 ni el muy acotado de 1879, al fin he podido averiguar la fecha de muerte. Tuvo lugar en Blesa el (según dato que he hallado en el A.D.Z), a los 76 años, así como algunos nombres de familiares(5).

La única orla que conserva un pasaje de su vida
La única orla que conserva
un pasaje de su vida.
Foto de Olga Royo

Santiago González llegó a vivir lo suficiente para que lo retrataran fotográficamente. Se conserva un retrato de estudio de él, que se publicó en el artículo de Ceferino CARBÓ LOMBA "Lo que faltaba saber de Santiago González en Loscos".

Su obra

Como decía, se dedicó a la pintura y escultura y realizó en su taller de Blesa numerosos altares, pinturas y dorados, principalmente de temas religiosos, extendiendo su obra por los pueblos próximos a Blesa y la ribera del Jiloca. Sobre su obra se han publicado un par de estudios.  El profesor Fabián Mañas informa de obras suyas (alguna en combinación con su ahijado Salvador Gisbert a partir de los años 70) en las iglesias de Villarquemado, Calamocha, San Martín, Villanueva, Valdehorna y Murero, y que sus "obras son expositores, retablos, monumentos del Jueves Santo, pinturas murales, pilas bautismales y púlpitos".(6)

Entre 1876 y 1879 realizó, junto con el joven Salvador Gisbert, el retablo de San Pedro en la iglesia parroquial de Calamocha y el Monumento para la Semana Santa para el convento de la Concepción de la misma localidad, fechado en 1877.  Posiblemente Santiago consiguió ambos trabajos para dar una oportunidad a Gisbert, ya que fueron los primeros encargos de su ahijado.


Autoría del monumento de
San Martín del Río.
Fotografía por cortesía de Fabián Mañas.
Puede ver más fotografías de este monumento en este artículo de la Gaceta de Blesa.

También existe una obra suya en el museo diocesano de la Almunia de doña Godina, donde «se conserva un tabernáculo-expositor de notables proporciones, realizado en madera policromada imitando jaspes y detalles estofados en oro.  Tiene forma de templete circular con cuatro columnas en su frente que le dan apariencia ochavada.  El cuerpo interior es giratorio.  Es una obra de marcado gusto neoclásico».  La guía histórico-artística de esta localidad zaragozana añade que la realizó nuestro protagonista en su taller de la villa de Blesa en 1858 (o 1851 según otros autores), ya que así consta en un documento conservado en el Archivo Parroquial de La Almunia.

Para los lectores que no han contemplado en detalle la complejidad de estos muebles-templo copiamos la descripción que de ellos hace el profesor Mañas: "Los sagrarios-expositores tenía una doble función: la de sagrario para guardar las formas y la de expositor de la custodia en determinadas solemnidades. Para la primera función, se habilitaba un espacio en la parte inferior, con una puertecilla para abrir y cerrar. La parte superior se abría y cerraba accionando otra puerta de mayor tamaño, bien bajándola por medio de una polea o bien haciéndola girar por un medio parecido. Una vez abierta la puerta por uno u otro sistema, podía verse el interior cubierto de espejos por los lados y la cúpula y una peana de madera en forma de nube, en la base; esta ménsula estaba sujeta a una varilla metálica que se podía accionar desde la parte posterior del retablo con una manivela; así la custodia, colocada sobre la nube, salía del interior del expositor hasta posarse sobre el altar. Se producía un momento mágico y misterioso con acompañamiento de los brillos producidos por el reflejo de la custodia en los espejos del interior. Luego se hacía la procesión y a la vuelta se tornaba la custodia al interior del tabernáculo".(7)

Como es natural el expositor estuvo situado en el altar mayor. Fabián Mañas recalca los conocimientos de mecánica necesarios para construir los mecanismos internos, de escultura para los relieves y de arquitectura para la construcción del mueble.

Otros dos sagrarios realizados por Santiago González para las iglesias de Villanueva de Jiloca y Valdehorna son similares al de la Almunia, aunque no tan complejos y pueden verse en las respectivas iglesias parroquiales. Sobre el de esta última iglesia puede leer este artículo "Un expositor con mucha magia", en nuestra misma página (www.blesa.info/hisexpositor.htm).

Los monumentos del Jueves Santo

Un tipo de altar muy difundido eran los monumentos de Jueves Santo. En muchas iglesias estos altares eran desmontables, y a modo de telón se colocaban el jueves correspondiente y donde se guardaba el sagrario hasta el sábado.

Se conserva uno realizado por González y Gisbert en 1881 en San Martín del Río (que vemos en la fotografía de Fabián Mañas). Este monumento, tiene un bastidor de madera que lo sostiene, y representa un altar de estilo neogótico. Se colocaba en el altar mayor de la iglesia. Es muy rico en detalles y colorido. En medio, elevado delante del monumento colocan un altar con una urna dorada que simula el sepulcro de Cristo.


Monumento de San Martín del Río. Fotografía por cortesía de Fabián Mañas

Fabián Mañas también recoge la autoría de González y Gisbert en el monumento del Jueves Santo del convento de la Concepción de Calamocha, realizado en 1877. Éste se conserva incompleto y está desmontado.

Sergio Gisbert descubrió la autoría de Santiago González en el retablo de San Pedro de la iglesia parroquial de Calamocha. Se trata de un retablo realizado en yeso, de estilo clásico y pintado simulando jaspes y mármoles, como alguno de los que podemos ver hoy en día en Blesa. El proyecto y altar lo realizó González y las pinturas su ahijado Salvador Gisbert.

Altares y pinturas

Por su gran número hay que destacar los existente en la iglesia de Villanueva de Jiloca, donde dos de ellos se tiene constancia de haber sido construidos por Santiago González (el de Corazón de María y de la Inmaculada), y de otros tres se sospecha que también, al ser de los mismos materiales, estilo y época.

También es suyo el retablo mayor de Valdehorna, construido antes de 1866, aunque se trata de un retablo algo tosco, así como el púlpito, pintado por González en 1860.

En la ermita de nuestra señora del Castillo de Fuendejalón (Zaragoza), del XVIII, se conservan las pinturas dedicadas a María y realizadas "en 1874 por Santiago González y J. M. Salvador Gisbert, siendo rector D. Francisco Mariano Magallón". Fueron restauradas en 1992, según la noticia ilustrada de Mariano Casanova.

Alrededor de 1876 estuvieron también Santiago González y José María Salvador Gisbert, pintando en la iglesia de Gallur (Zaragoza) dos pinturas en la capilla de Nuestra Señora de los Dolores, composiciones tienen forma semicircular en su parte superior, bastante deterioradas, según J.C.SANCHO y P.L. HERNANDO.

También son suyas las numerosas pinturas realizadas en 1863 en la ermita de San Mamés, en Murero, que no tienen al parecer gran calidad. También sabemos de la participación de González en la ermita de la Virgen del Rosario en Villanueva de Jiloca, que proyecto, y pintó Gisbert en 1881.

Aquí sólo los enumeramos unas de sus obras, pero le conminamos a que consulte el completo artículo "Santiago González, artista polifacético...", si quiere conocer todos los detalles sobre autoría, estilo y circunstancias de estos distintos altares. Y por otro lado, el profesor Mañas termina su estudio constatando que Santiago González también construía obras menores, como facistoles, confesionarios, mesas de altar, sitiales y pilas bautismales.

Expositor de La Almunia, en su museo diocesano, obra de S. González

Expositor de La Almunia. La puerta baja servía de Sagrario, y la superior cierra el expositorio.
En la foto inferior, la riqueza del expositor a la luz.
Fotografías por cortesía de Fabián Mañas.

Expositor de La Almunia, en su museo diocesano, obra de S. González

Santiago González también realizó pinturas en Alloza (Te), en el Calvario de la localidad, según indica la historiadora Josefina Lerma. El calvario de Alloza, que aún existe, tiene quince capillas donde otros calvarios tienen meros pilares y cada una tiene "un altar con la iconografía que corresponde a cada estación". Ella apunta que en 1863 los lienzos barrocos fueron sustituidos por cuadros de Santiago González, y que costaron doscientos reales de vellón cada uno. Estas pinturas, a su vez fueron reemplazados en 1920 por altares de escayola, que también desaparecieron.(11)

Una reciente atribución de una obra al pincel de Santiago González ha tenido lugar en Moyuela (Z), cuya ermita barroca de San Clemente fue pintada por Santiago González en 1845, según testimonios orales y unas iniciales entrelazadas que han hallado. (10)

Moyuela (Z), ermita de San Clemente
Foto de José Abadía

Moyuela (Z), ermita de San Clemente

Moyuela (Z), ermita de San Clemente
Fotos del autor (2002).

Su imaginería religiosa en Blesa

Posiblemente Santiago González también realizaría obras para iglesias del valle del Aguasvivas, pero la destrucción de la mayoría del contenido y archivos eclesiásticos durante la última guerra civil nos ha privado de conocerlas e incluso documentarlas. Tenemos constancia de que en Blesa todavía queda una obra religiosa de Santiago González, que salvó los avatares históricos de la guerra civil al ser ocultada. La blesina Josefa Aznar, donó en 2003 a la iglesia parroquial de Blesa un elaborado crucifijo de madera. Juan Andrés Pérez Belenguer, el último propietario nos envió la historia de esta obra:

Don Santiago González, nacido en Loscos (Teruel), fue el autor del citado crucifijo. Al casarse mis abuelos, Baltasar Pérez y Ramona González -esta última era prima de Santiago González- éste como regalo de boda les donó el crucifijo. Al morir mis abuelos lo heredó mi padre, Juan José Pérez González.

En casa de mis padres lo teníamos colgado en la pared de una habitación. Al estallar la guerra civil española, las fuerzas de ocupación prohibieron tener en las habitaciones o en cualquier otro lugar visible imágenes religiosas. Y como el crucifijo era una imagen muy llamativa, por temor a que se lo llevasen lo escondimos primeramente en un granero debajo de unos trastos. Cierto día vinieron dos señores del Ayuntamiento a revisar el grano que teníamos; al ocurrir esto, al día siguiente lo cambiamos de lugar y lo ocultamos en el cubierto del ganado en una grieta que había en la pared. Allí estuvo durante toda la guerra.

Al acabar esta lo sacamos de su escondrijo y lo pusimos donde estaba antes, en la habitación. Aunque estuvo envuelto con una ropa salió algo deteriorado; pensamos llevarlo a reparar pero nunca lo hicimos.

Aquí es cuando entra Josefa en la historia, al pedir que le regalasen el crucifijo para repararlo, y que tras ello donó.

El tamaño de la cruz es de 75 x 52 cm, y ni en el anverso ni reverso consta firma ni dato alguno que autentique su origen.

Por otro lado, en Loscos, su localidad natal, por las indagaciones de Ceferino y Manuel Carbó(8) sabemos que viven allí familiares del pintor.  Debió decorar alguna habitación en casa de estos con pintura al óleo, aunque ahora está encalada.  Esta familia dispone de un cuadro pintado por Santiago que representa la Inmaculada y pudiera datar de 1824.  También guardan un cuadro del Venerable Anadón(9), que a pesar de su anonimato, por las fechas, puede ser de este autor.

Algo de su ideario

También podemos perfilar un poco más vida la vida de Santiago González, con detalles diversos. Sabemos que tenía una biblioteca nutrida de tratados de historia y literatura religiosa y otros de su técnica. Aún podemos leer las sentencias que pintaba en su estudio de pintura, que amablemente nos enseñó Miguel Ángel Pascual.  En un armario empotrado que se encuentra en dicha sala escribió:

«Estudiad atentamente cuanto tiene relación con vuestra profesión
y llegareis a sobresalir en ella.
Sed laborioso y económico
y llegareis a ser ricos;
sed frugal y parco,
y conservaréis la salud;
sed justo
y no temeréis la eternidad»


También se añadía un poco más abajo...

«El tiempo es la hacienda del trabajador
y la afrenta del holgazán.
El que más cultiva su entendimiento,
se acerca más a la felicidad»

En la actualidad, únicamente partes muy concretas de su estudio han sobrevivido al paso de más un siglo.  Gran parte de la decoración era papel ilustrado o impreso colocado como cenefa.  El vecino de Blesa, Tomás Sanz, me contó que en su juventud tuvo oportunidad de ver aquella estancia y memorizó algunas de las sentencias escritas en orlas que yo ya no he podido ver.  Una que quedó grabada en su memoria decía:

Receta para llegar a viejo

Vida honesta y moderada
Usar de pocos remedios
y por todos los medios
de no apurarse por nada
Ejercicio y distracción
No tener nunca aprensión
Poco encierro
y mucho trato
Salir al campo
algún rato
Y continua ocupación.

Doctor Lecumendi

Aparece ante nosotros como un hombre cultivado y recto. Con la perspectiva del tiempo opino que uno de sus mayores méritos lo constituye la educación de su ahijado Salvador Gisbert, cuya relación de parentesco queda un tanto en la sombra y se mantendrá en la duda una posible paternidad no reconocida.


Sello de Santiago González.
Rescatado de los restos del
Archivo Municipal de Blesa.

Retrato de Santiago González en su antiguo estudio
Retrato de Santiago González en su antiguo estudio,
obra de Salvador Gisbert. 1881.
Foto de Olga Royo

  • - A.H.P.Te. Hacienda. Contribuciones industriales.
  • - Archivo Municipal de Blesa (A.M.B). Restos del mismo.
  • - Archivo Diocesano de Zaragoza. Visitas pastorales. Duplicado de libros parroquiales.
  • - Biblioteca Nacional. Periódico "La Esperanza" (de Madrid).
  • - Testimonios orales

Bibliografia

  • - ABADIA TIRADO, José. (2018) "San Clemente, singular y monumental"; Revista "El Gallico". Nº 94. Abril 2018. Págs. 20-21. Asociación cultural Arbir-Malena de Moyuela (Zaragoza).
  • - CARBÓ LOMBA, Ceferino "Lo que faltaba saber de Santiago González en Loscos. Relato de una búsqueda." Revista El Hocino. Número 28 (2/2012). Asociación cultural El Hocino de Blesa. pág. 21-25.
  • - CASANOVA, Mariano (1992). "Finalizaron las obras de restauración de la ermita de la Virgen del Castillo de Fuendejalón". Boletín informativo del Centro de Estudios Borjanos (IFC), nº 58. Puede ver algunas fotografías en color en este enlace, y las siguientes hacia la derecha.
  • - LOZANO ALLUEVA, Fco. Javier (2006) "Un expositor con mucha magia", en www.blesa.info/hisexpositor.htm.
  • - MAÑAS BALLESTÍN, Fabián (2000) "Santiago González, artista polifacético", revista Xiloca nº 26 (noviembre 2000) Centro de Estudios del Jiloca.
  • - MAÑAS BALLESTÍN, Fabián (2003) "Algunas obras del siglo XIX. Santiago González". Varios autores (Coordinadores: José Luis Ona González y Fabián Mañas Ballestín), "Comarca del Campo de Daroca", Colección Territorio, nº 8. [Zaragoza] : Departamento de Presidencia y Relaciones Institucionales. Diputación General de Aragón. pág. 221-224. [Enlace]
  • - MAÑAS BALLESTÍN, Fabián; MARTÍN DOMINGO, Francisco (2013) "Tras las huellas de Gisbert. Su paso por el Jiloca y alrededores"; Xiloca (nº 41, mayo 2013), Centro de Estudios del Jiloca.
  • SANCHO BAS, José Carlos; HERNANDO SEBASTIÁN, Pedro Luis. (2004) Gallur patrimonio artístico religioso; Centro de Estudios Borjanos, Institución «Fernando el Católico»
  • - VV.AA. (1997) "Salvador Gisbert (1851-1912) Recuperar la memoria". Ibercaja y Diputación Provincial de Teruel. Catálogo de la exposición del mismo nombre, comisaria Concha Lomba.

Para saber más...

Aunque el libro de Concha Lomba que citamos en la bibliografía, se centra básicamente en la obra de Salvador Gisbert, a ella le debemos la semilla del interés que ha plantado sobre la figura su padrino Santiago, fruto de la cual se ha publicado ya un buen artículo dedicado exclusivamente al pintor de Loscos, por Fabián Mañas que aparece en la bibliografía.

Detalles de algunos hechos vitales de su infancia, insertos en un escalofriante relato de un hecho de guerra durante el Trienio Liberal en . El relator es un Francisco Santiago niño, durante una incursión de un batallón 'Constitucional' y el contraataque 'reaccionario' contra ellos, (al que quizá por convertir recuerdos en relato se le hace presente en Blesa y Huesa a la vez).

Y sobre su obra como adulto, un artículo sobre uno de sus expositores para las iglesias, puesto de nuevo en marcha como hacía décadas se hacía en el artículo "Un expositor con mucha magia", en esta misma web.

Y en un sencillo artículo de divulgación, puede ver más fotografías del monumento de Jueves Santo de San Martín del Río, en este artículo de la Gaceta de Blesa.

Notas

↑ 1.- Los datos básicos de su vida que aparecieron en "Salvador Gisbert (1851-1912)  Recuperar la memoria", fueron los que motivaron el conocimiento primero, y la raíz de esta investigación posterior, que afrontamos en nuestros archivos y la bibliografía, deudora de este estudio de la profesora Concha Lomba, a la que declaramos aquí nuestro agradecimiento.

↑ 2.- Revista del Turia, nº 18 (15/9/1886). 'Cosas de mi país. Los Constitucionales'. Pág. 9-11. que ha sido desarrollando y analizado en los aspectos histórico y biográfico en LOZANO ALLUEVA, Fco. Javier (2010) "Hechos olvidados durante el Trienio Liberal (1820-1823) Detalles de la vida de los pueblos durante la guerra de guerrillas".
Publicado en internet en "Blesa, un lugar en el mundo" en www.blesa.info/hisTrienioLiberal1820-1823-ConstitucionalesTeruel.html.

↑ 3.- Visitas pastorales. Blesa. 1849: Archivo Diocesano de Zaragoza.

No figura en ninguna otra visita pastoral posterior, pero si hay una mención en un informe del mismo archivo, en la sección de desamortizaciones, titulado "Copia de Expediente Particular del arreglo y demarcación de las parroquias del Arciprestazgo de Segura hoy de Montalbán conforme a la Real Cédula de 3 de enero de 1854 y Real Decreto de 15 de febrero de 1867", donde sólo se añade el detalle de que estuvo en el convento de Barcelona. "Fray Santiago Gonzalez, ordenado de cuatro menores, de treinta y nueve años de edad, esclaustrado en el convento de Barcelona de la Orden de Agustinos descalzos".

En el periódico "La Esperanza (de Madrid), de 11/2/1862 figuraba en sus páginas 2-3 una lista, tomada de la Gaceta pública del día, una extensa relación de religiosos-esclaustrados y la declaración de sus derechos pasivos, entre ellos: D. Santiago González Pascual, corista agustino de Barcelona, con 3 rs. Corrobora que no había llegado a ser un fraile agustino, sino que aún siendo ya profeso y participando de la vida en el convento de religiosos (y obligado a cumplir los votos propios de su instituto), no tuvo opción a las sagradas órdenes. Era todavía un religioso destinado al coro, hasta que se hubiera ordenado sacerdote. B.N.E.

El artículo de investigación "Religiosos exclaustrats de Barcelona (1835-1875)" de Ernest Zaragoza Pascual contiene una relación nominal de los religiosos, pero no contiene el nombre de Santiago González Pascual, aunque según su biografía fue exclaustrado en Barcelona en .
Ese artículo es uno más de una investigación del mismo autor sobre el tema a lo largo de toda España. En el mencionado de la Diócesis de Barcelona hubo de consultar el Archivo Diocesano, "Estadística del Clergat segle XIX" (1834-1875), "Boletín Oficial Eclesiástico del Obispado de Barcelona" (1858-1925) e indice de "Preveres Diocesans de Barcelona" (1757-2007).

Quizá Santiago González no figure por no haber llegado a ser ordenado o por no ser un exclaustrado residente en Barcelona entre 1835 y 1875.


La exclaustración tuvo lugar en un contexto histórico interesante, convulso, en plena guerra civil y pandemia de cólera morbo asiático. Nos lo cuenta un sacerdote e historiador recomendable que aúna el documentar la muerte de los sacerdotes, entendiendo y divulgando el contexto que lo hizo posible, lejos de los adjetivos poco neutrales o falta de explicaciones de otros libros de martirologio.

“Con la guerra [de la Independencia], no solo entraron en España los ejércitos napoleónicos, sino también las ideas de la revolución. Y así, mientras se luchaba en los campos de batalla, las nuevas ideas francesas conseguían su primer y trascendental triunfo en la Constitución democrática de las Cortes de Cádiz (1810-1814), la cual, aunque reconocían el catolicismo como la religión mayoritaria de los españoles, atacaban algunos de los viejos privilegios y derechos de la Iglesia, como la supresión de la Inquisición, y establecían la libertad de expresión y el control de las órdenes religiosas. El liberalismo se propuso redefinir el papel de la Iglesia y reducirla a una institución con mentalidad y acción más individualista, lejos del clásico modelo de sociedad privilegiada, dogmática y rígidamente jerarquizada.”

“[…] El conflicto abierto entre la Iglesia y los gobiernos liberales que pretendían construir la nueva sociedad democrática, estalló en forma violenta durante el Trienio Liberal (1820-1823). Durante el mismo se hizo patente un violento anticlericalismo popular al grito de «mueran los frailes»; se produjo el saqueo de conventos, incendios de iglesias y la persecución religiosas; unos cincuenta sacerdotes y religiosos fueron muertos [...]”

“La reacción de la Iglesia a estas manifestaciones de violencia anticlerical fue un mayor acercamiento a la Corona; así, estrechó su relación con la monarquía a lo largo del infeliz reinado de Fernando VII, que se vio obligado a aliarse con los liberales para asegurar el trono a su hija, la pequeña Isabel II. Esto movió a muchos españoles, y entre ellos gran parte de la jerarquía y de los católicos, sobre todo en Navarra y el norte de Cataluña, a que se decantasen por el hermano del rey de España, Carlos María Isidro, pretendiente al trono, de ideas absolutistas y cristianas. Con ello se abrían en España dos frentes en lucha: el bando de los carlistas y el bando de los liberales.”

“No tardó en desatarse la primera de las guerras carlistas (1933-1940), momento que aprovechó el gobierno liberal para atacar a la Iglesia con dos acciones de enorme trascendencia: la supresión de las órdenes religiosas y la desamortización de los bienes eclesiásticos. Para lo primero, se sirvió de una burda campaña de difamación contra los religiosos, llegando al punto de hacer creer al pueblo la especie de que los frailes habían envenenado las aguas para provocar la peste del cólera de 1834; así, el 17 de julio de ese año, 78 frailes fueron víctimas de tumultos populares en Madrid; tumultos y muertes que, al año siguiente, se repitieron en Cataluña y en otras partes del país. En segundo lugar, el gobierno dictó en 1835 la exclaustración de la mayor parte de frailes y religiosos de sus conventos y la incautación de todos su bienes; se calcula que el número de frailes forzados a exclaustración fue de 32.000 y el de monjas de 19.000. El gobierno continuó su actuación contra los bienes de la Iglesia suprimiendo los diezmos, -el pago de los agricultores que, como arrendatarios, trabajaban las tierras y fincas de la Iglesia y de las órdenes religiosas- considerados de «mano muerta» por no estar sujetos a compraventa [...]”

CODINACHS I VERDAGUER, Pere (1997) “El holocausto claretiano de Barbastro 1930-1936. Los hechos y sus causas”. Fundación testimonio y cristianismo. Barcelona. Págs. 194-195.


↑ 4.- Estadística de la riqueza rústica, urbana y pecuaria (año ). Blesa (Teruel). Archivo Histórico Provincial de Teruel. Fichas 216 (Manuel Bello) y 365 (Santiago González).

Estudiando algunos fragmentos de documentos conservados en el Archivo Municipal de Blesa, aparece Santiago González en 1869 entre los mayores contribuyentes, si bien no conservamos el registro completo. Restos del AMB, doc. 54.

↑ 5.- En el libro de defunciones consta el nombre de sus padres: D. Pedro Pascual y Dña. Juliana, el estado civil "Religioso agustino". Hizo testamento y "Dejó 80 pesetas al hospital de Zaragoza, una misa mensual y funeral" de lo cual quedaron ejecutores testamentarios el cura párroco y alcalde.

Dejar constancia que el nombre de la madre en esta fuente no coincide con el de mi hipótesis, de que la Cristina mencionada en el relato del hecho de guerra de 1823 (durante el trienio liberal), fuese un recuerdo de vida del propio Santiago González narrado por su ahijado Salvador Gisbert.

↑ 6.- MAÑAS BALLESTÍN, Fabián (2000) "Santiago González, artista polifacético", pág. 79.

El mismo autor escribió: MAÑAS BALLESTÍN, Fabián (2003) "Algunas obras del siglo XIX. Santiago González", en
Varios autores (Coordinadores: José Luis Ona González y Fabián Mañas Ballestín), "Comarca del Campo de Daroca", Colección Territorio, nº 8.
[Zaragoza] : Departamento de Presidencia y Relaciones Institucionales. Diputación General de Aragón.
pág. 221-224. [Enlace]

↑ 7.- Ibidem, pág. 82-83.

↑ 8.- Manuel Carbó Lomba. "Más sobre Santiago González". Revista Oriche, nº 27, enero 1998. En este artículo se apuntan datos inéditos sobre otro, publicado en el numero 26 de la misma revista que se basa principalmente en el libro de Concha Lomba sobre Salvador Gisbert.

↑ 9.- Domingo Anadón, un piadoso y humilde religioso nacido en Loscos en 1530 y muerto en Valencia en 1602, que fue beatificado y cuya vida pueden leer en las revistas Oriche, número 3 y siguientes, publicadas por la Asociación Cultural Trassierra, de Loscos.

Se desarrolla su biografía en: Monterde Elías, Ramiro (2009) "Biografía del venerable fray Domingo Anadón: (o Historia de una vida dedicada a los pobres) y justa poética... en su alabanza el 28 de diciembre del año 1606", Centro de Estudios del Jiloca. Calamocha (Teruel)

↑ 10.- ABADIA TIRADO, José. (2018) "San Clemente, singular y monumental"; Revista "El Gallico". Nº 94. Abril 2018. Págs. 20-21. Asociación cultural Arbir-Malena de Moyuela (Zaragoza).
En ella se recogen las fotografías con el año y firma, más el testimonio oral recabado por el sacerdote y archivero José Ramón Royo García.

↑ 11.-Josefina Lerma Loscos (2015) Calvario de Alloza (Teruel). Un ideal llevado a la práctica ("Estudios" Revista de Andorra, n.º 15, Centro de Estudios Locales de Andorra CELAN, pág 35). Lerma cita al párroco Fermín Castillo Catalán, autor de "Historia del Calvario y Novena al Santo Cristo venerado en la iglesia del Santo Sepulcro del pueblo de Alloza", Imprenta A. Gascón, Zaragoza, 1949, 55 pp.